La Sutil Mixología de Ana Paula Ulrich en la Barra de Monarca

Sobre Monarca

Ubicado en San Benito, San Salvador — dentro de una casa de más de cincuenta años y considerada Patrimonio Cultural de la Nación — Monarca es el restaurante del chef guatemalteco Fernando Arguedas, un cocinero que valora la precisión, la atención al detalle y de una visión que se mantiene dentro del fine dining contemporáneo. Desde muy joven, Fernando desarrolló un gusto cultivado, el cual fue moldeando con los años, hasta dedicarse por completo a propuestas enfocadas en la alta cocina, donde el cuidado por el producto y la experiencia del comensal son prioridad. El espacio, que se divide en restaurante, bar y su más reciente cava especializada en vinos, ha construido una propuesta que combina estructura, sensibilidad y trabajo bien hecho. En la búsqueda constante por un servicio de alto nivel, Fernando también se involucra activamente en la creación y balance de la coctelería del bar, trabajando de cerca con su equipo para asegurar el uso de materias primas de calidad y técnicas avanzadas, así como participando directamente en la curación de cada bebida. Ahora, Monarca se encamina a iniciar una serie de colaboraciones intencionadas con cocineros locales y extranjeros, así como mixólogos invitados, reforzando su interés por el intercambio de ideas y la apertura a otras miradas gastronómicas. Con una cocina que observa con atención lo que ocurre en la escena regional, y que propone desde el oficio, el ritmo de Monarca es el de un proyecto en evolución, que apuesta por el inmenso valor del detalle, sin perder el enfoque.

Bar Monarca

En Bar Monarca, barra del restaurante salvadoreño, la experiencia en sabores se traduce en una coctelería cuidadosamente balanceada; esta busca la armonía entre perfiles de gustos varios, propuesta creativa y técnica. Bajo la guía del mixólogo Melvin Mendoza, el equipo sigue explorando y expandiendo su manejo de sabores, apoyándose en ingredientes seleccionados y métodos precisos. El desarrollo de la carta de cócteles es un proceso constante, donde cada combinación se somete a pruebas y ajusta según la temporada, tendencias y exigencias. Fernando aporta su experiencia desde la cocina aplicada al elemento liquido, bajo una visión que integra sabores con propósito. Desde que el restaurante definió su estilo en 2022, ahora la barra toma protagonismo, buscando consolidarse como un elemento destacado del proyecto.

Recientemente, Monarca anunció a Ana Paula Ulrich, mixóloga brasileña y head of bars del Hotel Rosewood San Miguel de Allende, como la primera invitada para colaborar en ella, marcando el inicio de una serie de colaboraciones con bartenders nacionales e internacionales.

Ana Paula Ulrich

Ana Paula Ulrich es una bartender con formación sólida que combina técnica, creatividad e influencia cultural de su natal Brasil; además de resaltar su calidez y gran sentido de hospitalidad, también cuenta con experiencia en algunos de los bares más interesantes de la región latinoamericana. Su paso por Hanky Panky en Ciudad de México — referente en la escena de coctelería de autor en América Latina — le permitió perfeccionar una visión que prioriza las ventajas de los sabores bien amalgamados, que entiende la barra como un espacio de expresión y además busca estimular el interés por los ingredientes limitados o poco habituales. Parte del equipo que dio vida al Hotel Rosewood São Paulo, Ana Paula estuvo involucrada en la apertura de distintos conceptos dentro del hotel donde trabajó una propuesta que mezcla elegancia, técnica aplicada y cocteles con intención, además de promover la filosofía zero waste. Hoy, desde el Hotel Rosewood San Miguel de Allende, mantiene la misma línea de una coctelería que no busca impresionar a primera vista, si no más bien, ser un deleite al paladar. Su estilo es directo, sobrio y de gran delicadeza, para Ana Paula, el equilibrio es vital para disfrutar, sin distracciones, de lo que esta en la copa.

"Algo que me apasiona mucho como bartender es la investigación de los destilados latinoamericanos. Como brasileña siempre hablare de la Cachaça, pero vivo en México, y algo que me encanta son los destilados de agave; no solamente el tequila y el mezcal, pero también la raicilla y el sotol, así como el ron que es muy importante en centroamerica o el pisco." - Ana Paula Ulrich

La Toma de Barra y Masterclass en Monarca

Con la participación de Ana Paula Ulrich, Monarca inauguró una nueva etapa en su propuesta líquida; el ciclo de colaboraciones busca enriquecer la experiencia del bar a través del intercambio profesional, la coctelería de alto nivel y una mirada más amplia hacia la técnica y los ingredientes latinoamericanos. Ana Paula junto a Melvin Mendoza, jefe de barra del restaurante, ofrecieron una noche llena de identidad y experimentación sensorial a través de una carta exclusiva de cuatro cocteles diseñados para la ocasión, además de la disponibilidad de la carta especial de bar por parte del restaurante. Cada bebida fue concebida desde una narrativa personal y el profundo conocimiento de ingredientes poco comunes o escasos en El Salvador, seleccionados no solo por su originalidad sino por su capacidad de contar una historia sobre territorio, botánica y tradición brasileña y mexicana. El menú inició con Desierto, un coctel de sabor profundo y sumamente refrescante. Construido a partir de Herradura Plata y Cointreau, donde la semilla de xoconostle lactofermentada, ácida y brillante, se unificó con la sal de chiles y la ceniza de bugambilia para crear un perfil terroso y floral, evocador del paisaje que lleva por nombre.

Le siguió el Carajillo de Bajío, una interpretación que lleva la fórmula tradicional más allá. Elaborado con Licor 43, un fatwash de Ron Diplomático, cold brew de mezquite y un cordial de cacao, presentó un balance entre dulzor, tostado y amargor especiado, ideal para cerrar una comida o acompañar un postre. De hecho, fue Ana Paula quien sugirió maridar esta bebida con el Vanilla Bean Crème Brûlée del restaurante, recomendación que resultó en uno de los momentos más memorables de la noche. El dúo entre el carajillo y el postre mostró cómo la coctelería esta estrechamente ligada a la cocina, y cómo una sugerencia simple pero acertada puede elevar la experiencia de cierre. Se recomienda ordenar dicho postre, si o si, al visitar el restaurante.

El tercer coctel de la noche, La Mula Loca, partió del mezcal Bruxo y el Martini Dry, acompañado por un cordial de jocote y sal de chapulín para añadir textura y profundidad umami. El resultado fue una bebida de líneas herbales, acidez tropical, refrescante y de final salino, que juega con la tradición mexicana a través de la reinterpretación técnica y controlada. Finalmente, el Banana Macunaíma, una versión única del clásico brasileño: cachaça envelhecida, destilado nacional de Brasil elaborado a partir del jugo de caña de azúcar fermentado, Fernet Branca, cordial de plátano y cocada; todo en un coctel fino y de identidad fuerte como contradictoria, entre el dulzor maduro del trópico y el amargor seco del aperitivo italiano.

Como preambulo de la ocasión, el chef Fernando Arguedas organizó una masterclass privada impartida por Ana Paula para un grupo selecto de profesionales de la industria de licores y coctelería en El Salvador. Esta iniciativa no solo buscaba exponer su amplio conocimiento sobre la materia, sino también fomentar el diálogo y el debate constructivo entre personajes de la escena. Esta sesión se planteó como una prueba de lo que, en el futuro cercano, serán masterclasses abiertas a entusiastas y personas con interés particular en la coctelería. Durante la clase, Ana Paula compartió una cata de ingredientes nativos de México y Brasil, muchos de ellos aún desconocidos en la región. Entre estos figuraron el café de mezquite tostado, una preparación de notas profundas, similar al chocolate, así como dulces y ahumadas, la sal de chapulín, la cachaça envelhecida y el Cynar, un licor de alcachofa prácticamente inexistente en el país. Uno de los momentos más destacados de la ocasión fue la degustación del Rabo di Galo, un coctel tradicional de Brasil que forma parte del día a día de muchas personas en ese país. Este se sirve en cantinas, panaderías y durante cualquier momento del día, incluso desde el desayuno. Este coctel, al mismo tiempo popular y sofisticado, encarnó uno de los temas centrales de la jornada al ejemplificar cómo una bebida puede ser un símbolo cultural vivo y persistente.

La cata fue acompañada por dulces tradicionales mexicanos, en su mayoría picantes y de texturas variadas, seleccionados no solo como maridaje sino como una forma de resaltar la herencia sensorial del país norteamericano. La propuesta demostró cómo las tradiciones más antiguas, como la costumbre indígena mexicana de combinar dulce y picante en las preparaciones, pueden evolucionar, adaptarse y permanecer vigentes en nuevas formas. Además, Ana Paula compartió su filosofía de trabajo basada en el zero waste y detalló cómo esta se aplica desde la barra o la cocina al aprovechar al máximo las mermas o residuos para convertirlos en infusiones y jaleas o productos de consumo interno que no solo optimizan recursos, sino que estimulan la exploración creativa.

La experiencia en Monarca, tanto detrás de la barra como frente a ella, buscan demostrar que la coctelería contemporánea puede ir mucho más allá que servir una bebida. Puede ser vehículo de identidad, puente cultural y herramienta de aprendizaje, cuando se le da el contexto y el espacio adecuados. Y en esta primera colaboración, Bar Monarca reafirma su visión de ser un punto de encuentro para quienes buscan experiencias liquidas para beber con intención.

Visita Monarca en Boulevard del Hipódromo 729, Distrito San Benito, San Salvador y haz tu reservación dando click aquí.